viernes, 5 de mayo de 2017

COMENTARIO DEL EVANGELIO

Del santo evangelio según san Juan (10,1-10):
A veces vemos nuestra propia vida y reconocemos que hay una herida profunda que no nos deja ser plenamente felices, participar de la vida que Jesús nos vino a traer, una vida que es abundante. La razón tal vez se encuentre en que no escuchamos su voz, “y las ovejas (que son suyas) atienden a su voz” ¿La razón? La razón es que en nuestro entorno hay mucha bulla, muchas voces gritan a nuestro corazón diciéndonos que tienen la receta de la felicidad pero la verdad es que entran solo “para robar y matar y hacer estragos” por eso no podemos poner nuestra felicidad en las cosas pasajeras, y como dice San Ignacio de Loyola: “el hombre tanto ha de usar de ellas, cuanto le ayudan para alcanzar el fin para que fue creado, y tanto debe alejarse de ellas cuanto sean obstáculo para llegar a la meta final” la Vida plena.
Porque “El hombre ha sido creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, y mediante esto salvar su alma” (Sn Ignacio de Loyola) por eso tu corazón no se contenta con cosas pequeñas, porque has sido creado para el Cielo y solo Dios puede darle verdadero sentido a tu vida.
Por fin: Consideremos todos los hermanos al buen pastor, que por salvar a sus ovejas sufrió la pasión de la cruz. Las ovejas del Señor le siguieron en la tribulación y la persecución, en la vergüenza y el hambre, en la enfermedad y la tentación, y en las demás cosas; y por esto recibieron del Señor la vida sempiterna. Por eso es una gran vergüenza para nosotros, siervos de Dios, que los santos hicieron las obras y nosotros, recitándolas, queremos recibir gloria y honor. (San Francisco de Asís)
Oremos pidiendo a Dios que nos ayude a seguir huellas de Nuestro Señor Jesucristo:
Omnipotente, eterno, justo y misericordioso Dios, concédenos hacer por ti lo que sabemos que tú quieres, y siempre querer lo que te agrada, para que, interiormente purificados, iluminados y abrasados por el fuego del Espíritu Santo, podamos seguir las huellas de tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y por sola tu gracia llegar a ti, Altísimo, que, en Trinidad perfecta y en simple Unidad, vives y reinas y eres glorificado, Dios omnipotente, por todos los siglos de los siglos. Amén.
(Oración escrita por san Francisco de Asís)
Emmanuel Barrientos
Coordinación de Fraternitas EG

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